Azichem ha participado activamente en la construcción ecológica durante más de veinticinco años.
Desde el principio, la investigación tuvo como objetivo comprender qué elementos del amplio abanico de información y adquisiciones sobre los balances que regulan el complejo ecosistema que nos acoge y sobre los igualmente delicados equilibrios que rigen el ecosistema más íntimo, representado por nuestro hogar, podrían constituir el punto de partida para construir una propuesta, tecnológicamente confiable, consistente con los postulados de la edificación sustentable y concretamente alcanzable en términos de simplicidad constructiva y sustentabilidad económica.
El impulso de la investigación, aún más anticuado, surgió del descubrimiento de que, a los conocidos hallazgos sobre la contaminación del aire, la tierra y del agua, que habían alcanzado niveles verdaderamente preocupantes, impensables solo unas décadas antes, se sumaba la “Nuevo descubrimiento” relativo al microclima interno de nuestros hogares, que a menudo destacó un complejo de sustancias nocivas, incluso superior al exterior”.
Además, la contaminación de espacios confinados podría considerarse aún más insidiosa porque incluso las emisiones diarias pequeñas pero prolongadas pueden, por acumulación, causar altas concentraciones y/o dar lugar a fenómenos de “sensibilización” en el organismo.
Además, la contaminación del aire interior no es el resultado de la presencia de un solo contaminante sino del efecto sinérgico de múltiples fuentes y factores presentes en un ambiente dado.
INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO DE SOLUCIONES
De esta investigación nació en su momento la línea de bioconstrucción SANAGEB, que ofrece productos elaborados con componentes libres de nocividad reconocida o potencial, capaces de garantizar la mejor salud durante la aplicación y vida útil, sin ningún problema relacionado con la eliminación de los materiales al final de su vida.
La línea de productos SANAGEB está diseñada de acuerdo con los aspectos más importantes de la construcción ecológica, tanto pasivos como activos.
Los aspectos pasivos contemplan la cuidadosa selección de componentes naturales, libres de emisiones nocivas: orgánicos, radiactivos, etc.
En cuanto a los aspectos activos, funcionales, se expresan en la capacidad de asegurar niveles adecuados de desempeño en relación a las características propuestas.
La amplia gama también incluye productos diseñados para dar características o prestaciones específicas a los edificios existentes o a los materiales tradicionales que se utilizarán para la construcción de nuevos edificios. En este sentido, son significativos los incrementos de rendimiento y funcionalidad que se dan a los morteros tradicionales preparados con cal hidráulica natural; la adición de estos agentes particulares, de hecho, implica valores de aplicabilidad y rendimiento que, en pleno cumplimiento de los parámetros de bioconstrucción, no difieren apreciablemente de las propiedades y aplicabilidad de los productos modernos, habituales para los trabajadores y usuarios de las obras.
Un aspecto más de la línea SANAGEB es dado sin duda por la elección de la “transparencia” realizada a través de la indicación, en la ficha técnica de cada producto, de la lista de “ingredientes” y de los parámetros de bioconstrucción más inmediatos: en términos concretos se ofrece al usuario la capacidad de hacer “elecciones conscientes”.